La portada de ICO es preciosa, pero no se le ocurrió a Fumito Ueda: un egipcio la pintó al final de la Segunda Guerra Mundial

Que un desarrollador de videojuegos cuente con tan solo tres títulos lanzados a lo largo de 24 años de carrera y que se hable de todos ellos solo puede significar una cosa: arte en su máxima expresión. Fumito Ueda ha sido siempre capaz de moldear obras icónicas en las que el minimalismo y la ausencia de diálogos imperan frente a todo lo demás. Ya sea con ICO, Shadow of the Colossus o The Last Guardian, cada uno de sus proyectos han dejado una huella imborrable.

Y ni siquiera era necesario introducir el disco en la PS2 o PS4 para asombrarnos con el viaje que estábamos a punto de iniciar. Es imposible olvidar la carismática portada con un gigante frente a Wander y Agro, permitiéndonos atisbar la lucha entre David y Goliat que estábamos por disputar. Lo mismo sucede con Trico y el enorme trecho que le separa del muchacho protagonista, pero con la intención firme de que deben aprender a colaborar para superar las dificultades. Sin embargo, la imagen que ilustraba ICO en 2001 es muy especial.

Sí que la pudimos disfrutar tanto en territorio europeo como japonés, pero lo cierto es que los jugadores norteamericanos tuvieron que enfrentarse a una ilustración CGI. No es que sea desastrosa, sino que evitó que los usuarios de aquella región pudiesen acudir a su estantería a deleitarse con un paisaje hermoso. Ico, espada en mano y agarrando a Yorda con la otra, corre hacia el horizonte desde una perspectiva lateral, al mismo tiempo que se alzan toda suerte de edificaciones alrededor.

La sensación que transmite la portada es de pura soledad, de dos figuras que están acompañadas por la otra y sus sombras proyectadas en un suelo amarillo, el cual está irradiado por un sol de justicia. Unas aspas de molino, unas escaleras y unas estructuras sin aparente sentido parece que se van a quedar atrás en cuanto su avance prosiga, el cual parece ser un destino hacia una orilla que se vislumbra en la parte derecha. Después del agua, más continente, por lo que queda claro que se encuentran en una isla apartada.

Todo apunta hacia el misterio y la incertidumbre hacia lo desconocido, lo cual podría provocar los aplausos hacia Ueda y el resto del equipo artístico de Team ICO, pero sería injusto. Hacia quien hace falta dirigir la mirada es Giorgio de Chirico, un pintor italiano perteneciente a la corriente del surrealismo. Nacido a finales del siglo XIX, De Chirico se distinguió por transmitir en sus obras una proyección metafísica en la que la realidad se tambaleaba.

Estudió en escuelas de muchísimo calado como Atenas y Florencia, pero destacó especialmente su paso académico por la Academia de Bellas Artes de Múnich, donde fue influenciado por los escritos de Nietzsche y Arthur Schopenhauer. La ciudad de Turín fue clave para sus conceptos, pues quedó absolutamente fascinado por la concepción metafísica de la zona. Fue en 1913 cuando expuso sus cuadros en el Salon des Indépendants de París, lo cual también conllevó que La torre roja fuese su primera venta.

La Nostalgia de lo Infinito de Giorgio de Chirico

A pesar de haber tenido que pasar la Primera Guerra Mundial en un hospital militar, tras ser considerado no apto para el combate, De Chirico continuó con su pasión. Durante aquella etapa procuró seguir cultivando su visión metafísica, lo cual le conllevó a criticar dura y abiertamente el arte moderno, lo cual le valió el rol de opositor del mismo. Fue poco antes del conflicto bélico cuando pintó La Nostalgia de lo Infinito, una pintura que muestra elementos representativos de lo que fue posteriormente la portada de ICO.

Dos figuras oscuras que abrazan el sol, una imponente torre y el enigma alrededor de lo que está sucediendo. Si bien se data en 1911, lo cierto es que no existe una seguridad entre las diferentes instituciones acerca de si la fecha es realmente la acertada. Según el historiador del arte Robert Hughes, la torre se inspira en la Mole Antonelliana, precisamente una torre que se encuentra en la admirada Turín de De Chirico. Con todo, existe un cuadro más que arroja la sensación de ser una inspiración directa para Ueda.

Ramsès Younan no solo fue otro pintor destacado del movimiento del surrealismo, sino que también se desempeñó como escritor y crítico. Fue uno de los firmantes del manifiesto de 1938 ¡Viva el arte degenerado!, por lo que ya os podéis hacer una idea de las opiniones artísticas del egipcio. Siempre con una visión de apoyo de los derechos de la mujer, Younan mostró en sus proyectos composiciones oníricas con un gran calado visual. De esta forma, toca echar un vistazo a Trópico de cáncer.

Trópico de cáncer por Ramsès Younan

Actualmente en el Nuevo Museo Nacional de Mónaco, esta pintura retoma precisamente los pórticos y pasillos de Giorgio de Chirico, pero también podemos ver el despertador de Salvador Dalí, otro de los grandes representantes del surrealismo. Una vez más, las representaciones oníricas están a la orden del día y especialmente llama la atención la parte derecha del cuadro. Es ahí donde volvemos a ver una inspiración directa para la portada de ICO, la cual invita a descubrir el inconsciente, tal y como indican desde la institución monegasca.

Así pues, desde Team ICO manejaron como pocos el diseño por sustracción para preservar en su videojuego únicamente aquello que era esencial. Fueron unos maestros en aquella disciplina, pero hasta cualquier referente de un medio se termina por fijar en los genios de otros lares para hallar inspiración. Lo mejor de no tener envidia, sino nada más que respeto y admiración hacia lo ajeno, es que podemos enmarcar una de las portadas más bonitas de la historia de la industria.

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